domingo, 11 de diciembre de 2011

Tres vértices para mi.



El mundo que me rodea está desintegrándose y deja aquí
y allá lunares de tiempo. El mundo es un cáncer
que se devora a sí mismo. Estoy pensando en que,
cuando el gran silencio descienda sobre todo y por doquier,
la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse
a la matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo,
y el caos es la partitura en que se escribe la realidad.
-HENRY MILLER-

viernes, 9 de diciembre de 2011

En un estanque, como un nenúfar.

Escribir por escribir. Tratar de focalizar así los sentimientos
y sensaciones que han abordado mi cuerpo en este intante.
Pero es un instante infinito; quedan borrosas las memorias de
cómo empezó todo, y me parecen incabables, insuperables.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Frases hechas.

Llega un momento en que yo me planteo si todos esos lemas, refranes y frases hechas que adoptamos para definir la persona que queremos o creemos ser, nos los adjudicamos simplemente para justificarnos porque sabemos que pecamos de ahí. Incluso los consejos que damos, los damos en función de lo que querríamos hacer nosotros mismos en tales situaciones, y no nos vemos capaces. Pues sí, pienso que todas esas frases que dices, todos esos versos robados a grandes poetas y pensadores no definen como eres ni cómo te sientes, sino que me hacen ver de qué tú mismo crees que flojeas, y proclamas esos ideales para ver si te convences a ti mismo.
Justo ayer lo comentaba con Mj.

jueves, 1 de diciembre de 2011

No alcanzo.

¿La Vida? ¿Mi Vida?
Pendiente de no decepcionar
¿A quién?
A los demás, porque siento que nunca es suficiente.
Nunca me siento satisfecha, realizada. No alcanzo.
"Nos pasa a todos".

lunes, 28 de noviembre de 2011

Ligereza

Estaba necesitando una limpieza de mí...

Tiré algunos pensamientos indeseados, le quité el polvo a algunos sueños, desoxidé algunos deseos... Saqué del fondo de los cajones recuerdos que ya no utilizo ni quiero. Me deshice de ilusiones, de algún que otro papel de regalo que nunca utilicé y de sonrisas que nunca daré... He tirado la rabia y el rencor sobre las flores marchitas que guardaba en un libro que no llegué a leer. Tomé mis sonrisas y alegrías futuras y las coloqué en un rincón, bien ordenadas.

Pero perdí la paciencia: saqué todo del armario y lo fui arrojando al suelo: desde pasiones escondidas, deseos reprimidos, palabras horribles que no quisiera haber dicho nunca, malos recuerdos de una amiga ingrata, recuerdos de días tristes...

Y encontré otras cosas, ¡bellas! Una luna color plata... Abrazos... Aquella carcajada en el cine, besos, puestas de sol, noches de amor... Encantada y distraída, me quedé mirando todos esos recuerdos. Me senté en el suelo, y tiré a la basura los restos de un amor perdido. Tomé las palabras de rabia y de dolor que estaban en la última estantería, y que casi no uso, ¡y también las tiré!

Había más cosas, pero por el momento las dejé a un lado, porque todavía no sé qué hacer con ellas...

Rebusqué en ese cajón donde guardo todo lo importante: amor, alegría, sonrisas, fe... Qué bueno fue!!! Recogí con cariño el amor encontrado, doblé con cuidado los deseos, le retiré el polvo a mis metas y las dejé bien a la vista.

Puse en los cajones de abajo recuerdos de infancia; en los más de arriba, los de mi juventud... A la altura de mis ojos, colgué mi capacidad de amar, y de volver a empezar...


Texto original: Martha Medeiros.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Perspectiva

Me encanta, y me fascina comprobar que hay tantos puntos de vista como pares de ojos hay en La Tierra. Incluso de las cosas más sencillas, cada uno, partiendo de su experiencia propia e individual, hace una interpretación distinta.
Y lo genial de esto es que lo podemos aprovechar como una ventaja; porque cuánto más tuya puedas hacer una visión, cuántos más elementos de tu persona apliques a tu observación, más auténtica será.

jueves, 10 de noviembre de 2011

10 de noviembre

<< "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo >>.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Hablando de belleza

A veces, si no nos paramos a pensar, no somos conscientes de la omnipresencia de la belleza. A veces, necesitamos toparnos con algo que sea extraordinario para darnos cuenta de las cosas que nos rodean. Cosas que, por más sencillas  que sean, parecen ser resultado de una explosión de amor. Así entiendo la belleza.
Naturaleza

jueves, 3 de noviembre de 2011

Decepcionar


Decepcionar

¿ 1 f. Engaño ?


Hace unos meses me hicieron una reflexión sobre la decepción. En un
sentido más allá del semiótico, casi metafísico, me atrevo a decir.
Pues bien, yo me sentía terriblemente decepcionada; porque había
ocurrido algo de una manera que no era la que yo esperaba. No se cumplieron mis expectativas sobre ese algo.

Indirectamente, yo culpaba de ese amargo sabor de boca a otra persona.
Yo me sacudía toda la culpa y la echaba en dirección de otro; con toda la certeza de que me habían hecho creer tal cosa, y ahora no estaban cumpliendo con su palabra.
Pero no es así. Nadie en todo el mundo hace que alguien crea tal cosa: es uno mismo el que interpreta una serie de hechos y, probablemente sin darse cuenta, les da un significado que es
totalmente subjetivo. Porque cada cabeza es un mundo, y por eso cada mente hace
las asociaciones que le parecen más congruentes según el bagaje que ya tiene.

Así que, de la misma manera, las expectativas se las crea o inventa cada uno; sacamos conclusiones constantemente sin pararnos a pensar demasiado, un poco dejándonos llevar por nuestros deseos, seguramente. Y cuando estas expectativas no se cumplen, o no resultan ser exactamente iguales o muy parecidas a nuestras ilusiones o esbozos de cómo nos gustaría que ocurrieran las cosas, entonces creemos haber sido decepcionados.

De eso nada; la decepción, igual que todo lo anterior, es fruto únicamente de nuestra mente.
Me di cuenta del sentido pronominal del verbo: uno se decepciona, únicamente porque no se
siente satisfecho con cómo han resultado las cosas. Y los demás… Los demás no tienen culpa, a no ser que queramos limpiarnos las manos y culpar a alguien ajeno de nuestras ilusiones.